¡Acompáñanos en esta ruta ciclista por las plazas y parques más genuinos de Las Palmas de Gran Canaria! Conoce los inicios de nuestra Ciudad y cómo ha ido creciendo y transformándose desde que el General Juan Rejón desembarcó en Gran Canaria e instaló su campamento militar un 24 de julio de 1478. Nuestra Ciudad se fundó en la Plaza de San Antonio Abad, desde donde parte este recorrido histórico, que atraviesa la zona baja de la capital, desde el corazón de Vegueta hasta El Rincón, en el extremo de la Playa de Las Canteras.
Si no tienes bicicleta propia, puedes alquilar la bici pública, Sítycleta, que dispone de estaciones a lo largo del recorrido, así que: ¡Preparados para recrear la historia que tuvo lugar en las plazas y parques más emblemáticos del pasado de nuestra Ciudad! Empezamos en Vegueta, hincando rodilla, justo donde lo hizo Cristóbal Colón.
En este Santo Lugar oró Colón, reza la placa en la fachada de la Ermita de San Antonio Abad, la primera iglesia de Las Palmas de Gran Canaria. En esta plaza empedrada de San Antonio Abad nació nuestra Ciudad, denominada originariamente El Real de Las Palmas.
Paseamos por las estrechas y sinuosas calles de Vegueta, fantaseando con que vivimos en la época medieval, hasta llegar a la Plaza del Pilar Nuevo. Imagínate aquí mismo varios grupos de mujeres charlando sobre su día a día cuando venían a recoger agua en este pilar. La Ciudad siguió creciendo y en los siglos XVI y XVII se edificó la Casa de Colón, construida por la agrupación de varias viviendas y elementos de otros edificios.
Llegamos a la Plaza de Santa Ana y aquí toca hacerse una foto con algunos de los ocho perros de bronce, símbolo de Las Palmas de Gran Canaria. Unos silenciosos guardianes que llevan desde finales del siglo XIX velando por la vida de esta bulliciosa plaza. A un lado, la Catedral de Santa Ana, icono del poder místico, y enfrente, las Casas Consistoriales, representando el poder terrenal, destacan en un conjunto de hermosos edificios testigos de la centenaria historia de la Ciudad.
Listos para pedalear por el carril bici que cruza el Barranco de Guiniguada hasta llegar a las preciosas calles y plazas del barrio de Triana, donde hacemos una parada en la Alameda de Colón, una de las plazas más auténticas de la Ciudad. Este entorno, presidido por el monumento a Cristóbal Colón, está al lado de la Plaza de Cairasco, donde se respira como en ningún sitio el animado ambiente de Triana.
Continuamos hacia el norte, por el carril bici de la Calle Francisco Gourié, en paralelo a las calles peatonales que componen la Zona Comercial Abierta de Triana, hasta llegar al Parque San Telmo. Este parque, por donde cruzaba la muralla norte de la Ciudad, está junto a la estación de Guaguas de San Telmo, centro del transporte colectivo terrestre de toda la Isla, y dispone de un quiosco modernista, hoy una cafetería, y el quiosco de la música. Esta arbolada plaza alberga una gran zona de juegos infantiles y la pequeña Ermita de San Telmo, que fue destruida por los piratas.
El carril bici de la Calle León y Castillo nos lleva directos hasta la Plaza de La Feria y hasta el siglo XIX, cuando esta plaza acogía la feria del pescado. En el centro de este espacio, limitado por los recios edificios de la Delegación del Gobierno y Comandancia de Marina, se levanta el monumento dedicado al escritor grancanario Benito Pérez Galdós, hoy testigo de los juegos de los niños y de las piruetas de los skaters que aquí se congregan.
Retomamos el carril bici de León y Castillo hasta llegar a uno de los parques palmenses con más encanto, el Parque Doramas. Estanques, fuentes, estatuas y flores endémicas reciben con frescura a los visitantes de este oasis dentro de la Ciudad, ideado por los residentes británicos. Antes de volver a montarte en la bici, no olvides el Monumento Atis Tirma, junto al Hotel Santa Catalina, que representa a los aborígenes que se despeñaron por un precipicio para escapar de la esclavitud.
Nos queda un buen trecho pedaleando hasta pisar el Parque Santa Catalina, una plaza rodeada de palmeras, icónica en Las Palmas de Gran Canaria porque acoge el escenario del Carnaval. Esta era la zona de faena de los trabajadores del puerto a principios del siglo XX, como atestiguan los edificios Elder y Miller, antes naves industriales. En este parque bulle la actividad ciudadana, gracias a su ubicación privilegiada, entre el puerto y la playa de Las Canteras.
Desde esta parte de Las Canteras, nos desplazamos en bici por el barrio playero de Guanarteme hasta casi el otro extremo de la Playa, con parada en la Plaza del Pilar. La plaza del Pilar marcaba hace algunas décadas el límite entre los municipios de San Lorenzo y Las Palmas de Gran Canaria. Este espacio peatonal se abre en forma de diamante y es un punto de encuentro de los vecinos de este popular barrio, plagado de actividad y tráfico.
¡Llegamos al final! La Plaza de la Música marca el límite de la costa norte de la Ciudad. Esta plaza, así como la Sede de la Orquesta Filarmónica, el Auditorio Alfredo Kraus y los Jardines del Atlántico son obra del arquitecto Óscar Tusquets. El espacio abierto al mar de esta plaza es una invitación al sosiego y al descanso tras esta ruta ciclista, que bien se merece como guinda final: ¡Un baño en la Playa de Las Canteras!
Sociedad Municipal de Aparcamientos de Las Palmas de Gran Canaria, SA
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