26 de septiembre de 2024, 12:06
Más de 50 alumnos de los Programas de Formación en Alternancia con el Empleo (PFAE) del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria han participado en una jornada de formación como parte de la nueva iniciativa de la Concejalía de Movilidad para fortalecer la red de voluntarios de la Sítycleta Sin Límites, un servicio que acompaña a personas con movilidad reducida en paseos en bicicleta. La acción, desarrollada con el apoyo de Sagulpa y la colaboración de la Asociación Mejor en Bici, refuerza el compromiso del municipio con la movilidad inclusiva y el fomento de la solidaridad.
La Concejalía de Movilidad del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, en colaboración con Sagulpa, la Asociación Mejor en Bici y el Instituto Municipal de Empleo y Formación (IMEF), ha lanzado una nueva iniciativa que convierte al alumnado de los Programas de Formación en Alternancia con el Empleo (PFAE) en voluntarios de la Sítycleta Sin Límites, un servicio que permite a personas con movilidad reducida disfrutar de paseos en bicicleta por la ciudad. La formación se llevó a cabo en el Centro Sociosanitario El Pino, donde más de 50 alumnos trabajadores de los PFAE participaron en la jornada.
El concejal de Movilidad y Empleo, José Eduardo Ramírez, destacó los dos principales objetivos de esta acción: "con esta acción cooperativa perseguimos dos fines: por un lado, mejorar y completar la formación de los alumnos – trabajadores de aquellos planes de empleo relacionados con el ámbito sociosanitarios, que adquirirán experiencia directa gracias a este proyecto solidario, que trabaja con mayores y personas con movilidad reducida. Por otro lado, queremos impulsar la participación y la formación de más voluntarios y voluntarias de la Sítycleta Sin Límites, una iniciativa de la que nos sentimos especialmente orgullosos y que ofrece la posibilidad de recorrer la ciudad en bicicleta y disfrutar de una tarde en compañía a personas que no pueden montar en estos vehículos por sí mismos".
Desde su creación, la Sítycleta Sin Límites ha involucrado a más de 130 voluntarios, quienes han realizado 917 paseos, beneficiando a más de 1.000 personas con movilidad reducida. En los últimos tres años, el programa ha acumulado 1.387 horas de voluntariado y ha recorrido un total de 6.496 kilómetros por la ciudad, todo ello sin ninguna compensación económica para los voluntarios, lo que resalta el valor de su compromiso y solidaridad.
Entre los participantes se incluyen PFAE Tenderete, IMEF Contigo, IMEF Ygeia y Cultura LPGC, cuyos integrantes ahora se suman a la red de voluntarios de la Sítycleta Sin Límites. Estos 'héroes y heroínas en Sítycleta' acompañan a personas con movilidad reducida en recorridos por la ciudad, fomentando un entorno más saludable, inclusivo y comprometido.
El concejal José Eduardo Ramírez resaltó la importancia de esta sinergia: "En definitiva, se trata de crear sinergias y de mejorar tanto la formación del alumnado – trabajador como de aumentar la bolsa de voluntariado con la que cuenta la Sítycleta Sin Límites, siempre con el objetivo de mejorar el servicio y de llegar cada vez a un mayor número de personas beneficiarias del proyecto".
Para formar parte del programa de voluntariado, los participantes deben ser mayores de edad, comprometidos con los días y horarios acordados, y motivados por el deseo de ayudar a los demás. Esta acción solidaria tiene un impacto tangible en la calidad de vida de las personas con movilidad reducida, permitiéndoles disfrutar de los espacios urbanos de una manera activa y acompañada.
Los PFAE tienen una duración de 11 meses y medio, durante los cuales los alumnos trabajadores reciben formación teórica y práctica para obtener los certificados de profesionalidad. Cada programa incluye un equipo compuesto por un director, un coordinador, dos docentes y un apoyo administrativo. Esta estructura permite que los estudiantes reciban una formación integral que, en este caso, se complementa con la experiencia directa en el voluntariado de la Sítycleta Sin Límites.
La iniciativa no solo tiene un impacto positivo en los voluntarios, sino también en el tejido social de Las Palmas de Gran Canaria, contribuyendo a la creación de una comunidad más solidaria y comprometida con la movilidad inclusiva.
